En los últimos 100 años hemos innovado tanto como en los anteriores 100.000.
En esta década vamos a innovar tanto como en todo el tiempo que llevamos en la faz de la Tierra.
Esto lo escuché el otro día de un referente en innovación tecnológica.
Muchos arquitectos al oír innovación pensarán en materiales de fachada sofisticados y autolimpiables. O en estructuras más livianas y seguras capaces de sostener grandes voladizos.
O en añadir un tomo más a la memoria de proyecto para justificar 136 normativas nuevas o modificadas.
Otros dirán que no se puede ir tan rápido ni estar en todo, que la vida es para disfrutarla. Mejor comer pizza y ver Netflix contemplando las vidas de otros.
Sin haber hecho una investigación exhaustiva ni no exhaustiva, me sorprende no ver muchos cambios en las propuestas de viviendas. En cuestionar cómo habitarlas, digo.
Que sí, que el mercado presiona, que el promotor no se deja tan fácilmente, que la normativa. Pero con tantos y tantos arquitectos dedicados a proyectos residenciales, ¿no es raro no ver otras propuestas?
Lo que veo es que si uno hace una fachada con plantas colgando, el otro llega y mete un árbol. Que si uno hace un hueco que atraviesa el edificio, el otro hace que haya más hueco que edificio.
Luego llegará un tercero y querrá que flote el edificio.
Así funcionamos. Sin poder ver donde ni miramos.
Entonces, escucha.
¿Cuántos arquitectos ves que hayan sabido construir un negocio como para vivir bien y tranquilos haciendo lo que les gusta?
Ahí no han mirado muchos arquitectos ni en los últimos 100 años ni en los últimos 100.000. Con lo que no hay que volverse muy loco con las últimas innovaciones. El margen de actuación ya es muy grande.
Más cuando el que hace algo, está haciendo lo mismo que el otro pero en superlativo.
Eso ya te pone todo más fácil.
Súmale ahora a los abrumados que ven Netflix y comen pizza. Más fácil todavía.
Si eliges estar entre los dispuestos a desaprender, aprender y actuar durante el resto de tu vida, tus posibilidades aumentan exponencialmente.
Ahora sí, requiere dedicación y esfuerzo. Nada de mirarse al espejo y decirte que tú te mereces todo en el mundo.
Si eres de espejo o Netflix, todo bien. Simplemente no te interesara recibir emails como este.
Si fuera que sí, te apuntas aquí abajo: