Vamos a hacer un sencillo ejercicio.

Lo mismo te lleva a después de este email vender más caro o dedicando menos tiempo.

Incluso a que los clientes dejen de pedirte que les soluciones tonterías y cosas que ni te van ni te vienen.

Antes de que te pongas con los objetivos del próximo año, te cuento algo para tu negocio.

Para que aumentes tus posibilidades de tener más resultados con menos ansiedad.

Cuando estaba estudiando arquitectura, un profesor dijo un día que debíamos calcar las plantas de los buenos proyectos de arquitectura. Que así se aprende. Copiando también se aprende, claro.

Le hice caso.

Cogía libros con los típicos proyectos que habíamos estudiado, ponía un papel traslúcido encima de los planos y calcaba.

No sé si eso sirvió para tener una mejor biblioteca de ideas en la cabeza. Como poco para mejorar dibujando croquis a mano alzada yo creo que serviría.

En los últimos 100 años hemos innovado tanto como en los anteriores 100.000.

En esta década vamos a innovar tanto como en todo el tiempo que llevamos en la faz de la Tierra.

Esto lo escuché el otro día de un referente en innovación tecnológica.

Todo es cíclico.

Tiempos fáciles crean personas débiles.

Las personas débiles crean tiempos complicados.

Los tiempos complicados crean personas fuertes.

Tendemos a complicarnos la vida.

Cada día. Con cada decisión.

Lo demuestra esta historia.

2 malditos lavavajillas.

Era la única petición del marido de mi prima cuando reformaron la casa.

Las ideas brillantes hay que saber reconocerlas. Y llevártelas a tu terreno.

Hay una cosa que suelen decirme los arquitectos que les quita el sueño.

Hay otra cosa que no se la esperan pero que también les quita el sueño. Aunque de manera menos dolorosa que la primera.

El otro día en Linkedin un tipo desvelaba el mayor secreto del éxito de cualquier negocio.

Y de cualquier persona.

Eso que evita que dentro de unos años alguien diga:

• Yo quería estar haciendo viviendas de lujo pero al final, con las cédulas de habitabilidad y los certificados energéticos tampoco me va mal.

El otro día me invitaron a un evento de networking. Me refiero a uno de esos que sigue un protocolo y la gente se reúne cada semana. Gratuito no es. Ya sabes de qué te hablo.

Como experiencia, interesante.

¿Volcaría la estrategia de publicidad y marketing de mi negocio ahí? Pues mira, no.